Aprendiendo a Vivir con ELA: La determinación de vernos en la vida eterna
Una de las experiencias más grandiosa que tuve en mi vida fue la construcción del templo de La Iglesia de Jesucristo De Los Santos de Los Últimos Días en la Ciudad de México, hace 40 años. No sólo ayudó a perfeccionar mi vida, sino que me dejó un fuete testimonio del diezmo y ofrendas que ha perdurado a través de la adversidad.
Durante la construcción del primer templo en México, no había el suficiente dinero para costear toda la elaboración de este. Para ello se requeriría la ayuda de los miembros ya sea con mano de obra o donaciones.
En mi estaca Iztapalapa, se organizó un bazar con lo mejor que podían donar cada uno, incluso los que éramos jóvenes. Cuando llegó la venta del bazar, empezaron los disgustos y murmuraciones. Unos decían que hubo favoritismo, otros que los precios de las cosas eran incorrectos, alguien osado dijo que él lo hubiese hecho mejor que los organizadores. En fin, las murmuraciones, críticas y ataques a los líderes no cesaron.
No obstante, la mayoría de los miembros pusieron su enfoque en la casa del Señor, y continuaron con sus obras de recaudación y trabajo para el templo y no hicieron caso de rumores que nos alejaran del sendero que lleva a la vida eterna.
El adversario desea vernos miserables y usa todas sus artimañas para alejar nos del camino de dios. Recordemos que las ofrendas y donaciones son de dios y no de los lideres. Hay un mensaje grandioso que recibió el presidente Hinckley de su padre, y que refuerza más mi testimonio, dice lo siguiente: recuerdo que es mía la obligación divina de pagar mis diezmos y ofrendas. Cuando hago esto, (dijo su padre), lo que doy, deja de ser mío. Pertenece al Señor, a quien lo consagró". Su padre agregó: "Lo que las autoridades de la Iglesia hacen con ello, no debe de preocupar(te), (Gordon). Ellos son responsables ante el Señor, a quien habrán de rendir cuentas.
El profeta y los apóstoles sienten profundamente el peso de ser "responsables ante el Señor". Tengo un fuerte testimonio del diezmo, y sé sin lugar a duda qué las ventanas de los cielos se abren para bendecirnos, ya sea temporal o espiritualmente.
Comparto esto para mis seres queridos y sobre todo a mis nietos que vivirán en un mundo cada día más peligroso. Deben fortalecer su testimonio, hacer caso omiso de las falsos maestros y erróneas doctrinas. Siempre continúen por el camino de los convenios, ante todo, evitar prestar atención a las murmuraciones y críticas. Yo sé que Samuel, Susy y Lucas regresarán a la morada celestial, tras su viaje lleno de gozo por este mundo de probación.
Qué tengas un feliz viaje mi pequeño Lucas, y que aprendas muchas cosas buenas. Los amo mucho a todos mis descendientes.
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